Mestura mara una nueva etapa en la carrera de María Toro. La búsqueda y experimentación que han caracterizado su trayectoria se transforman ahora en una conversación de igual a igual entre el jazz, el flamenco, la música clásica, la música popular brasileña, el rock progresivo y el folclore gallego, todo bajo la producción de Diego Galaz (Fetén Fetén).
La flauta continúa siendo el principal catalizador de su obra, aquí enriquecida por la pandereta y una constante presencia vocal, tanto en las composiciones propias como en las piezas tradicionales e incluso familiares.
A su banda habitual -Toño Miguel al contrabajo, David Sancho al piano y teclados, Andrés Litwin a la batería- se añaden colaboraciones que marcan el tono del disco: Xosé Lois Romero a las percusiones gallegas, las cantareiras Lilaina, integrantes de Aliboria, y el propio Diego Galaz junto a su compañero Jorge Arribas con Fetén Fetén. La alineación de artistas engrandece el trabajo más enraizado y a la vez más arriesgado de María Toro.
María Toro lleva quince años liderando su propio proyecto. Desde su Galicia natal, donde se tituló en música clásica, especialidad flauta travesera, viajó al Madrid más vibrante del flamenco jazz. De allí a Suiza, como integrante de una compañía de flamenco y danza contemporánea. Más tarde, Nueva York, donde vivió a fondo cinco años en una de las grandes capitales del jazz. Y, enseguida, otro tiempo similar de aprendizajes y realizaciones en Río de Janeiro, antes de volver a España.
La encrucijada de culturas de la que bebió le permite grabar trabajos diferentes en cada escala, siempre como autora e intérprete principal. Cambian las bandas y los países, pero no el concepto.
En Suiza empieza a componer su primer álbum, A Contraluz, grabado en Nueva York en 2014. En Brasil lanza Araras, acompañada de Hermeto Pascoal, en 2017. De vuelta a casa, toma Madrid como base y presenta su repertorio por Europa, América y África. En esas giras comprueba la fuerza de su herencia musical y la ateriza en Fume, presentado en 2020 como fin de una trilogía vital, con la colaboración de Chano Domínguez.
Tras el punto y aparte, y sin parar de rodar por el mundo, María Toro apuesta por el continuo trueque cultural como base de su música, apoyada por la misma banda de la última década y una vocación patente desde el mismo título: Mestura.
Toño Miguel: contrabajo
David Sancho: piano, teclados, op1
Fran Gayo: batería
María Toro: voz, flauta, pandereta, composiciones y dirección
Músicas Posíbeis | María Toro: Mestura
Mestura mara una nueva etapa en la carrera de María Toro. La búsqueda y experimentación que han caracterizado su trayectoria se transforman ahora en una conversación de igual a igual entre el jazz, el flamenco, la música clásica, la música popular brasileña, el rock progresivo y el folclore gallego, todo bajo la producción de Diego Galaz (Fetén Fetén).
La flauta continúa siendo el principal catalizador de su obra, aquí enriquecida por la pandereta y una constante presencia vocal, tanto en las composiciones propias como en las piezas tradicionales e incluso familiares.
A su banda habitual -Toño Miguel al contrabajo, David Sancho al piano y teclados, Andrés Litwin a la batería- se añaden colaboraciones que marcan el tono del disco: Xosé Lois Romero a las percusiones gallegas, las cantareiras Lilaina, integrantes de Aliboria, y el propio Diego Galaz junto a su compañero Jorge Arribas con Fetén Fetén. La alineación de artistas engrandece el trabajo más enraizado y a la vez más arriesgado de María Toro.
María Toro lleva quince años liderando su propio proyecto. Desde su Galicia natal, donde se tituló en música clásica, especialidad flauta travesera, viajó al Madrid más vibrante del flamenco jazz. De allí a Suiza, como integrante de una compañía de flamenco y danza contemporánea. Más tarde, Nueva York, donde vivió a fondo cinco años en una de las grandes capitales del jazz. Y, enseguida, otro tiempo similar de aprendizajes y realizaciones en Río de Janeiro, antes de volver a España.
La encrucijada de culturas de la que bebió le permite grabar trabajos diferentes en cada escala, siempre como autora e intérprete principal. Cambian las bandas y los países, pero no el concepto.
En Suiza empieza a componer su primer álbum, A Contraluz, grabado en Nueva York en 2014. En Brasil lanza Araras, acompañada de Hermeto Pascoal, en 2017. De vuelta a casa, toma Madrid como base y presenta su repertorio por Europa, América y África. En esas giras comprueba la fuerza de su herencia musical y la ateriza en Fume, presentado en 2020 como fin de una trilogía vital, con la colaboración de Chano Domínguez.
Tras el punto y aparte, y sin parar de rodar por el mundo, María Toro apuesta por el continuo trueque cultural como base de su música, apoyada por la misma banda de la última década y una vocación patente desde el mismo título: Mestura.
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