Carlos Núñez rinde homenaje a Ludwig van Beethoven tras el 250 aniversario de su nacimiento, interpretando obras compuestas por el propio Beethoven, en base a melodías ancestrales irlandesas, escocesas y galesas. Se trata de casi 200 canciones, no compuso tantas obras de ningún otro género. Son prácticamente desconocidas, pese a que les dedicó mucho esfuerzo, tiempo y entusiasmo en sus 15 últimos años de vida. Las escribió en paralelo a la séptima sinfonía, con la que comparten muchos elementos, hasta el punto de ser llamada la “Sinfonía Irlandesa”, o la “apoteosis de la danza”, como decía Wagner, que llegó a danzar una de sus jigas, mientras Liszt, su suegro y mentor, la tocaba al piano.
Carlos Núñez recupera en su interpretación los tempi, ornamentación y espíritu de la música tradicional, en un concierto situado entre el poderío bien conocido de Beethoven y el sorprendente mestizaje cultural ya imaginado por el maestro hace dos siglos.
Carlos acaba de estrenarlo en Francia en versión orquestal, junto a la Orchestre National de Bretaña y la estrella de la ópera Bryn Terfel, con excelentes críticas de Le Monde y los principales periódicos del país galo.
Carlos homenajeará también a The Chieftains y Paddy Moloney, su mentor y maestro recientemente fallecido, del que se despidió junto a multitud de artistas en Dublín. Sorprendentemente, Beethoven utilizó para sus composiciones melodías tradicionales irlandesas, que también inspiraron a los Chieftains, como por ejemplo composiciones del arpista Turlough O’Carolan, que ya en su época había fusionado la música tradicional irlandesas con las corrientes del barroco europeo de moda.
Carlos Núñez: Celtic Beethoven
Carlos Núñez rinde homenaje a Ludwig van Beethoven tras el 250 aniversario de su nacimiento, interpretando obras compuestas por el propio Beethoven, en base a melodías ancestrales irlandesas, escocesas y galesas. Se trata de casi 200 canciones, no compuso tantas obras de ningún otro género. Son prácticamente desconocidas, pese a que les dedicó mucho esfuerzo, tiempo y entusiasmo en sus 15 últimos años de vida. Las escribió en paralelo a la séptima sinfonía, con la que comparten muchos elementos, hasta el punto de ser llamada la “Sinfonía Irlandesa”, o la “apoteosis de la danza”, como decía Wagner, que llegó a danzar una de sus jigas, mientras Liszt, su suegro y mentor, la tocaba al piano.
Carlos Núñez recupera en su interpretación los tempi, ornamentación y espíritu de la música tradicional, en un concierto situado entre el poderío bien conocido de Beethoven y el sorprendente mestizaje cultural ya imaginado por el maestro hace dos siglos.
Carlos acaba de estrenarlo en Francia en versión orquestal, junto a la Orchestre National de Bretaña y la estrella de la ópera Bryn Terfel, con excelentes críticas de Le Monde y los principales periódicos del país galo.
Carlos homenajeará también a The Chieftains y Paddy Moloney, su mentor y maestro recientemente fallecido, del que se despidió junto a multitud de artistas en Dublín. Sorprendentemente, Beethoven utilizó para sus composiciones melodías tradicionales irlandesas, que también inspiraron a los Chieftains, como por ejemplo composiciones del arpista Turlough O’Carolan, que ya en su época había fusionado la música tradicional irlandesas con las corrientes del barroco europeo de moda.